martes, 30 de septiembre de 2014

Adiós verano.

El mal tiempo me deprime. Soy una romántica empedernida y debería adorar la lluvia y tal y en realidad me encanta que llueva pero si pudiera tener abiertas las ventanas me gustaría todavía más.
Y es que mi piso-parchís que llevo adorando desde hace dos años y del que estoy enamoradita tiene un ventanal que me coje todo el ancho del salón, muy luminoso, muy grande, pero los cristales son translúcidos de cuadraditos de los años 80 por lo menos. Y sí que se les notará menos la mierda y són muy buenos para limpiar y todo lo que quieras, y que la vista desde mi salón sea la plaza comunitaria y dos árboles del instituto de abajo pero que queréis que os diga, esas ventanas abiertas me dan la vida y ahora que viene el mal tiempo, la lluvia, el frio... me deprimo.

Sobre todo después del fantástico verano que he tenido. Que me he pasado casi todos los fines de semana en el camping y que aunque he ido poco a la playa por el tiempo que no acompañaba me lo he pasado genial con los peques y es que yo veo un niño chico o mediano o lo que sea y me vuelvo loca.

La vecina de al lado de mi madre, tiene tres nietas de 13,10 años y 18 meses y este año está criando a un niño chino que los padres prefieren pagar para que lo crien en un entorno amoroso que tenerlo en el carrito sin poder cuidarlo hasta los 5 años.
Y el problema está que Alfonsito es un amor. Un amor de ojos rasgados, pelo hirsuto y sonrisa medio desdentada que enamora. Cuando lo conocí solo tenía 9 meses y apenas extrañaba, se venía conmigo estupendamente y era como un muñeco literalmente, si lo ponías sentado aqui, se quedaba aqui, no lloraba, no decía nada, no se movía, él con un cuenco de gusanitos al lado era feliz.
Así ha estado hasta hace un més apróximadamente que ha cambiado radicalmente, tanto que el sábado pasado aún no se mantenía en pie sin agarrarse a nada y a mediados de esta semana he visto fotos y ya se tiene en pie, lo he visto empezar a moverse, a balbucear, a gatear.. si a mí los niños me odian y mi Alfonsito era verme ultimamente, se le iluminaban los ojos y echaba a gatear para que lo cogiera en brazos, lo que yo digo, un amor.

Y ahora Alfonsito está en Sevilla con su abuela y su abuelo y yo me quedo sin él.. y me deprimo más todavía y para colmo me he enterado de que no van a ir a pasar el fin de semana en la sierra un día de estos así que ya es casi seguro que hasta el verano que viene no lo veré. Eso si con suerte podemos ir casi todos los fines de semana como este que ha sido un mirlo.

Todo eso me ha acarreado muchas noches sin dormir. No por los niños, si no porque ahora como tengo más tiempo libre me da por pensar y la gracia es que pienso mejor por las noches, antes de dormir y por lo tanto me duermo tarde, mal y me despierto temprano, hoy por ejemplo me he levantado a las 7 y he estado desde las 7.30 hasta las 9.30 desenmarañando un ovillo de rayón que me trae por la calle de la amargura.

¿En qué piensa esta chica ahora? os estaréis preguntando. Bueno en realidad pienso en cómo podría mejorar mis amigurumis, qué puedo hacer nuevo cuyo patrón sea mío, de dónde saco el tiempo para todo lo que quiero hacer antes de navidad etc... ya tengo claro que este año el nacimiento/belén de la tienda lo voy a hacer yo. De echo ya tengo a la virgen María y el resto de patrones que necesito para los reyes y los camellos y muchas cosas que tengo en mente, un cohete, una pulsera, una mamá con su bebé...

Así que aunque ya sé que tengo el blog muy descuidado ahora por lo menos podré contar los avances que voy haciendo en el nacimiento/belén y el resto de cosas de la lista, que haberlas haylas y son muchas pero eso será en otro capítulo.